Big Boy Borja es un proyecto en curso que cuestiona el valor, la creatividad y los sistemas que los moldean.

Big Boy Borja es una figura satírica, una crítica a los beneficiarios del clasismo y el elitismo vista a través de los ojos de quienes quedaron atrás. El personaje se inspira en la imaginería racial y clasista de los minstrel shows estadounidenses del siglo XIX, pero le da la vuelta para exponer la hipocresía del privilegio.

El diseño toma prestados los icónicos guantes blancos y los rasgos exagerados del minstrel, reinventados como un símbolo de la élite moderna, el llamado “3%”. Vestido con un traje raído, adornado con una medalla y luciendo esa corona calva con cabello solo a los lados, Big Boy Borja encarna la arrogancia de la riqueza. Sin importar los colores de la ropa o los accesorios, los penetrantes ojos negros siempre permanecerán, insectoides, una metáfora del núcleo corrupto del capitalismo donde la avaricia y el individualismo son recompensados mientras la ética y la moral se desvanecen.

En el corazón del proyecto yace una pregunta: ¿Qué ocurre cuando las mismas herramientas creadas para reemplazar la labor humana se utilizan para generar objetos de valor, objetos intactos por la creatividad humana?

Big Boy Borja fue concebido y producido enteramente mediante procesos automatizados, desde la generación del concepto en ChatGPT hasta el modelado 3D en Rodin AI, el corte automático en ChituBox y la impresión en una AnyCubic Photon Mono M7 Pro. Sin diseñadores, sin técnicos, sin mano de obra externalizada, solo una cadena de producción que refleja el sueño de la creación de riqueza sin fricción. Excepto que aquí no hay beneficio, ni etiqueta de precio. La obra existe como una crítica a ese mismo sueño.

Hecho por los mismos sistemas que amenazan con borrarnos, este proyecto pregunta si el arte puede seguir siendo “humano” cuando el acto de crear es eliminado. Big Boy Borja no es solo un objeto, es una provocación.